River arrasó a Vélez, lidera el torneo y muestra su mejor versión

River Plate vivió una noche soñada en el Monumental y no dejó dudas sobre su potencial futbolístico. El equipo dirigido por Martín Demichelis no sólo goleó a Vélez por 5-0, sino que también ofreció una muestra clara de lo que puede llegar a ser cuando funciona como un verdadero equipo. En cada línea, el conjunto millonario mostró contundencia, solidez y un compromiso colectivo que dejó sin respuestas a su rival.

Desde el arranque, River impuso condiciones. En apenas seis minutos, Facundo Colidio ya había avisado con una llegada clara y luego convirtió el primer gol del encuentro, en una jugada que sirvió para disimular la ausencia del joven Franco Mastantuono, muy pedido por los hinchas. Miguel Ángel Borja, por su parte, no perdonó: convirtió tres goles con oportunismo y eficacia, demostrando que está a la altura de las exigencias. Uno de ellos llegó tras un rebote de la defensa, mientras que los otros dos nacieron de centros precisos que el colombiano capitalizó con categoría.

El cuarto gol fue una joya colectiva. Nicolás Fonseca recuperó la pelota, Borja asistió lejos del área, y la combinación entre Nacho Fernández, Barco y Colidio derivó en una definición de manual. Un taco exquisito de Barco terminó decorando una jugada que fue tan armónica como letal.

Pero no todo fue ataque. River también respondió bien en defensa cuando el ritmo bajó. Franco Armani tuvo una atajada clave ante un remate a quemarropa de Florentín, y Paulo Díaz se destacó con cortes oportunos que le valieron el reconocimiento del público. Fue reemplazado en el segundo tiempo para preservar su físico, demostrando que el equipo cuenta con recursos y planificación.

Otro punto alto de la noche fue la apuesta por los juveniles. Demichelis les dio minutos a Subiabre, Ruberto y Mastantuono, mientras mantuvo en el banco a refuerzos como Sant’Anna y Rodrigo Villagra. El cierre del partido encontró a River con un frente de ataque compuesto por chicos de entre 16 y 18 años que no desentonaron y jugaron con total desparpajo, como si llevaran años en la Primera.

El resultado, aunque abultado, no alcanza a reflejar del todo lo que fue el dominio de River. Vélez, desde el inicio, mostró fragilidad en todas sus líneas y una alarmante falta de reacción. La pasividad defensiva, la lentitud en el traslado y la ausencia de ideas facilitaron el trabajo del local. Si no fuera por las buenas intervenciones de Tomás Marchiori, que evitó goles claros de Colidio, Borja y Aliendro, el marcador podría haber sido aún más contundente.

Esta victoria no solo sirve para posicionar a River en lo más alto de la tabla. También marca un antes y un después en el funcionamiento del equipo. Justamente ante el mismo rival que la temporada pasada lo había expuesto en su peor versión, River mostró ahora su cara más ambiciosa y dominante.

Lo más alentador para el cuerpo técnico es que, con figuras como Lanzini, Solari, Echeverri, Kranevitter y Casco aún por reincorporarse, el abanico de opciones será todavía más amplio. Todos deberán luchar por un lugar en un equipo que, cuando juega así, parece imparable.

Y si este es el River que Demichelis buscaba construir, entonces está cada vez más cerca de lograrlo. Porque no sólo ganó, sino que deslumbró. Y dejó a su gente cantando con orgullo, sabiendo que este equipo puede dar mucho más.